miércoles, 28 de febrero de 2007

Mi mentira es mi verdad

En este mundo tristemente creo que vivimos engañados por todo un poco, y no es un hecho antropológico que mintamos, es decir, que no creo que hayamos evolucionado perfeccionando el arte de mentir, pero si creo que para sobrevivir en este mundo hay que mentir de vez en cuando o cuanto menos abstenernos de decir la verdad.

Esta la mal llamada mentira piadosa porque suponemos que mentimos por compasión hacia la otra persona cuando el único motivo es no quedar mal con ella, un poco siguiendo la fábula del rey desnudo, luego esta la mentira descarada cuando no encontramos salida a alguna situación pero lo que realmente molesta al mentiroso compulsivo es la verdad mal entendida. Yo mismo soy un gran sabio de la mentira aunque nunca llegaré a ser un profesional ya que tengo la problemática de la conciencia que me da dolores de cabeza -aunque algunos me diréis que cómo he podido mantener una mentira tanto tiempo- pero hay auténticos profesionales de la mentira que no se ponen nerviosos, no les tiembla la voz y luego no tienen remordimientos, grandes espécimenes de la humanidad en una sociedad donde la sinceridad está mal vista y se confunde ser sincero con ser grosero y mal hablado. Yo ya estoy cansado de ver programas de televisión que llaman "experimentos sociológicos" donde se le permite todo a primitivos individuos argumentando la frase "pero va de cara", es decir, que yo puedo estar diciendo que tienes aletas en el orto o escamas en las axilas que da igual que sea mentira mientras te las diga a la cara o peor aún, mientras lo prodigue a los cuatro vientos delante de millones de telespectatontos. El gritar algo o decirlo sin miedo a la cara de la gente y normalmente embellecido con todo tipo de descalificaciones no provee de verdad tu mensaje aunque una docena de tertulianos me crucificarían si lo digo en un plató de televisión.

Lo triste de la verdad y la mentira es que es como el bien y el mal, todos sabemos a lo largo de los años distinguir entre uno y otro pero nos hacemos los suecos o nos autoengañamos para hacer más llevadera nuestra existencia. Yo os recomendaría ser sinceros pero sé que es imposible serlo todo el tiempo, de modo que no intentéis ser sincero con la gente ya que ellos pueden considerar que mentís o mal entender vuestra verdad, lo más importante para poder seguir adelante es ser sinceros con vosotros mismos, ahí no hay excusas ni mentiras piadosas, solo estáis tu conciencia y tu.

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