martes, 27 de marzo de 2007

Dos más dos... depende

En estas semanas tan convulsas políticamente hablando me ha llamado más la atención la mal llamada ley de igualdad que temas aparentemente más importantes y que me quieren meter con calzador los políticos de turno como puede ser la salud de "De Juana" o la "Ley de partidos". La política es un tema que procuro esquivar porque cada vez tiene más similitudes con un partido de alto riesgo de la liga de fútbol que con un debate entre representantes del sabio pueblo español, porque seamos serios, alguno se siente representado por un partido político de manera plena. Si fuera así yo me preocuparía por mi salud mental. De modo que hace un par de años decidí que iba a seguir ejerciendo mi derecho a voto por tributo a la gente que no pudo hacerlo efectivo en el pasado y que tanto luchó por unos ideales en la búsqueda de un futuro más esperanzador que el presente que tenían, lástima que se haya ido oxidando tan loables intenciones.

Sí, seguiré votando, pero he perdido totalmente la confianza en la política y creo que tal y como están dispuestas las reglas "democráticas" y la sociedad en general no veo visos de recuperarla. De modo que desde una posición totalmente distante de ninguna formación política sólo me queda patalear airadamente sobre leyes que me afectan a mí o a mis seres queridos. Empezaré por la mal llamada ley de "igualdad", y digo bien mal llamada porque creo que es una ley que dista mucho de igualar las cosas y si se parece más a una ley de discriminación sexual.

Muchos dirán que se trata de igualar las oportunidades de la mujer dentro la sociedad en la que vivimos, pero dudo mucho que obligar a la paridad sexual dentro de un trabajo sea sinónimo de igualdad, ¿no deberíamos pensar en las personas y menos en los sexos? porque siguiendo esta senda podríamos seguir sacando leyes con la paridad racial que obligaría a las empresas a tener un mínimo de personas de color en sus puestos (en proporción al sexo también) o una ley de paridad en longevidad donde tuviera que haber una partición en correspondencia a la edad. De verdad este tipo de leyes son integradoras o costituyen un despropósito escudándose en el menos malo de los males.

Yo pertenezco a una mayoría minoritaria constituida por los hombres, blancos y solteros que dentro de poco sentirá en sus propias carnes el amargo sabor de la discriminación con el encomiable amparo del "así sabes lo que se siente" del resto de la gente, que sin lugar a dudas busca un mundo más igualitario o , como yo creo, ser quienes lleven la sartén por el mango porque siempre es mejor golpear que ser golpeado ya que no se encuentra la forma de obviar los golpes.

Tengo confianza plena en las actitudes y aptitudes de mis amigas, como las tengo en muchos de mis amigos pero no hago distinción de sexo entre ellos porque para mi siempre serán grandes personas y eso lo valoro infinitamente más que el tamaño del colgajo que les cae por la entrepierna.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tú tan conocedor de las mujeres, y sin embargo metiéndote con una ley que nos favorece. Estoy de acuerdo contigo, no debería haber una ley que obligara a la paridad, ojalá no la hubiera, y la igualdad se produjera de forma natural. Pero, ¡ay, amigo! No es así, siento decirte que las mujeres estamos en desventaja social, y es necesario un compromiso para cambiar eso. Pero tranquilo, esperemos que sólo sea por un tiempo, hasta que la igualdad esté tan presente, que no haga falta que esté regulada de ninguna forma.

JKN dijo...

Todos nos alegraremos de ese dia, pues las mujeres dejareis de tener, entre otras muchas cosas, preferencia en muchos campos. Catalogalo si quieres de envidia o machismo, pero a la vez de "promocionar" a la mujer, se discrimina al hombre en muchas ocasiones por ese mismo hecho

JKN dijo...

P.D: . (Punto Final)